El
día amaneció como cualquier otro en la ciudad dorada, el sol pintaba todo el
mármol de los edificios con sus dorados rayos reflejados por los techos de oro.
A media mañana el rey descendió a la plaza principal como era costumbre, y al
caminar la gente arrojaba pétalos de flores para proteger sus pies del suelo,
pero al pasar cerca de unos niños sintió una fragancia que jamás había olido en
la ciudad dorada, ese olor sin embargo no le era del todo desconocido, él lo
había percibido antes muchas veces, pero en un lugar muy distante, la simple
idea de que se tratara de la misma fragancia era una locura se dijo a sí mismo.
Pero entonces se apoderó de él un terror que se extendía por todo su ser y
comenzaba a ahogar su respiración, por instante pensó que si ese perfume con el
que estaban cubriendo su cuerpo provenía de donde el imaginaba todo por lo que
había trabajado quedaría destruido. Mientras pensaba bajo su mirada al suelo, y
entonces todas sus esperanzas quedaron destruidas, el terror dominó todo su ser
y lentamente se fue alejando para dar paso al dolor. Pues bajos sus pies
descalzos se encontraban esparcidos los hermosos pétalos amarillos del árbol de
la vida.
Con
un tono mezcla de asombro y desesperación preguntó quién y de dónde habían
sacado esas flores que estaban bajo sus pies y con las cuales lo perfumaban.
Unos niños hermosos y sonrientes respondieron que una serpiente blanca se las
había dado como regalo para él. Esto causó confusión en su mente y no supo que
decir, pues sabía que una ley sagrada había sido quebrantada por segunda vez y
que esto llevaría a que la pena y el dolor penetraran en la ciudad y en las
personas que tanto amaba.
Pero
no tuvo tiempo de decir ninguna palabra, ya que apenas había despertado de su
asombro, el cielo se oscureció y un viento frío comenzó a soplar, el día se
convirtió en noche y desde las alturas descendieron los dioses con el rostro
lleno de ira, pero con el corazón satisfecho por el exitoso plan que había
concebido serpiente negra, que se hallaba de primera en el grupo. Al verlos
descender supo que todo había sido una trampa, en su corazón sabía que algún
día cobrarían venganza por haber dado la libertad a los hombres, y ese día llegó,
en un instante de tiempo tan corto su mayor temor se había vuelto realidad. Su
oscuro gemelo descendió en medio de la multitud y habló con palabras
retumbantes como el trueno, asustando a todos los presentes como era su
intensión.
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Hoy se ha quebrantado una ley sagrada, y por lo tanto los culpables deben ser
castigados. Dijo serpiente negra. Las flores del árbol de la vida han sido
tocadas por las manos del hombre, y eso está prohibido.
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Si existe algún culpable en todo esto, ese debo ser yo. Dijo serpiente
emplumada. La tristeza lo consumía, sabía que tendría que marcharse de la
ciudad dorada, y que los dioses retomarían el control y todo volvería a ser
como antes.
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Tranquilo mi querido hermano, que tú también tendrás tu castigo, como hombre
has vivido en la ciudad dorada, y como uno de ellos has tocado las flores
amarillas. Dijo serpiente negra con el corazón ardiendo en las llamas del
rencor.
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Aceptaré lo que digan, no pienso poner resistencia, pero dejen a mi pueblo fuera
de esto, ellos no tienen la culpa de nada. Habló serpiente emplumada en tono
suplicante.
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Está bien, no le haremos nada a estos granos de maíz ambulantes, pero a cambio
debes prometer que jamás volverás a pisar la ciudad dorada ni como hombre ni como
dios, jamás volverás a intervenir en los asuntos del hombre, de ahora en
adelante quedarás desterrado de la ciudad dorada y de la vida de los hombres.
Dijo serpiente negra con su lengua seseante a través de la podredumbre de su
boca.
Serpiente
emplumada estaba destruido por la pena y el dolor, la tristeza se había
apoderado de él, su hermano le había ganado y no había nada que él pudiera
hacer para cambiar las cosas. Serpiente negra se acerco a él y con el veneno
goteando de sus colmillos le habló en palabras susurrantes.
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Largo tiempo esperé por este momento, cuantos días pasaron mientras yo en las
sombras observaba tu esplendor, tu gracia, tu belleza. Mientras que a mí no me
tocó nada. Dijo serpiente negra lleno de ira. Tú el más bello, el más inteligente,
el héroe, el favorito de todos, tanto que te aceptaron como su rey incluso bajo
esta miserable forma perecedera, incuso con este cuerpo putrefacto sigues
conservando tu gracia. Decía serpiente negra llevado por la envidia.
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Hermano pero qué dices, ambos somos dioses, nacidos de la misma pluma verdiazul
en la noche eterna, juntos creamos al hombre y lo vimos caminar en la tierra
durante el primer amanecer. Cada cual tiene sus atributos, tus palabras no
tiene razón de ser. Dijo serpiente emplumada sintiendo compasión por su
hermano.
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No necesito tu compasión ni tu lástima, lo único que quiero es verte destruido,
verte caer en las tinieblas, verte perder la gracia, mientras eres consumido
por el dolor y la pena. Decía serpiente negra ahogado en su propio veneno.
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Perderás todo lo que amas, todo lo que has construido y por lo que has luchado,
se perderá bajo la ira de los dioses. Dijo serpiente negra.
____
Sabes que hemos ganado querido hermano, te atreviste a desafiarnos al darles el
conocimiento, algo que era sólo nuestro, pero tu se los diste y los liberaste
de nuestras cadenas. Habló serpiente negra como un juez que dicta una
sentencia.
____
Ellos no son esclavos nuestros hermano, tienes que saber que siempre te he
querido, eres mi hermano, pero no podía permitir que tú y los demás dioses los
trataran como esclavos que sólo existen para satisfacer sus caprichos. Ellos
son la mayor obra de la creación y como tal deben vivir. Dijo serpiente
emplumada con lágrimas en los ojos, decepcionado por la visión sesgada de su
hermano.
____
Pero de qué hablas, ellos no son más que granos de maíz, no son más que polvo
de cacao que tú y yo decidimos unir y dar palabras de vida en el primer
amanecer. Acaso ya olvidaste quiénes somos y quiénes son ellos. Serpiente negra
hablaba a través del odio, y no había nada que cambiara su visión de las cosas.
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Veo que no hay nada que pueda cambiar el estado de las cosas. Me iré para
siempre a un lugar en donde ninguno me podrá encontrar. Pero no estoy del todo triste, porque aunque tú y los demás
dioses vuelvan a esclavizar a los hombres a través del miedo, esas cadenas no
serán para siempre, tarde o temprano las romperán y ustedes habrán perdido. Yo
rompí las únicas cadenas que no podía romper el hombre por voluntad propia y
esas eran las cadenas de la ignorancia, pero como sabes querido hermano, esas
ya no existen desde hace mucho tiempo. Dijo serpiente emplumada con una leve
sonrisa y viendo a su hermano, como un adulto que ve a un niño que es demasiado
pequeño para entender de lo que se le habla.
____
No importa lo que digas, el mundo ha vuelto a ser nuestro, gracias a tu error y
a mi astucia los días de sangre seguirán y seguirán, y el hombre tembloroso y
desnudo atrapado en las garras del miedo, no tendrá más opción que volver a
nosotros. Dijo serpiente negra con aires de triunfo.
____
El día llegará en que nosotros seremos olvidados, y los dioses no serán más que
recuerdos escritos en los libros de antaño, cuando ese día llegue todos
pasaremos a la no existencia en medio del silencio, nadie escuchará el lamento
de los dioses, y cuando eso suceda
recordarás este día, y recordarás mis palabras. Pero hasta entonces hermano
disfruta de tu gloria, ocultó entre las sombras, envuelto entre la inmundicia
en donde te regocijas. Dijo serpiente emplumada viendo a su hermano
directamente a los ojos.
Se
dio vuelta, se elevo entre la multitud que veía todo presa del pánico, tomó a
tela púrpura que cubría sus hombros y la dejo caer al suelo, diciendo las
siguientes palabras:
____
Siempre quise lo mejor para ustedes mis queridos hermanos. Desde el momento en
que fueron creados sentí un amor profundo e inmenso por ustedes. No olviden lo
que les he enseñado. Recuerden que ya no están ciegos, y que las cadenas del
miedo pueden ser rotas en cualquier momento. No pierdan la esperanza, ni
sientan desesperación porque me marcho, ya están listos para seguir adelante
sin mí. Dicho esto voló por los aires y descendió en el punto más occidental de
la ciudad, y así como llegó siglos atrás, así se marchaba ahora. Caminó con
dirección hacia occidente hasta que desapareció de la vista. Nadie nunca lo volvió
a ver, y lo que fue de él hasta ahora es un misterio.
No
hace falta que de detalles lo que sucedió después, los dioses recuperaron el
control sobre los hombres, serpiente negra comenzó por reclamar la sangre de
esos dulces niños que tanto enloquecían su mente con su dulce aroma, todo
volvió a ser como antes de que serpiente emplumada robara el conocimiento para
dárselo al hombre, o por lo menos eso creímos en ese entonces. Los siglos
pasaron los días de sangre, miedo y terror siguieron, y las sombras cubrieron
lo que una vez fue la gloriosa ciudad dorada, nada quedó de lo que un día fue
el orgullo de los hombres. Hasta que, una nueva creencia llegó del oriente, un
nuevo dios se alzaba sobre todos los demás, este dios no ejercía control a
través de miedo, hablaba de amor y perdón, no exigía sacrificios, al contrario
él se ofrecía a sí mismo como sacrificio por los hombres, los alimentaba con su
carne y calmaba la sed con su sangre, lo llamaba entrar en comunión con él,
comer su cuerpo y beber su sangre era el camino a la vida eterna. Decía que
todos los hombres eran hermanos y eran iguales, semejante idea era demente, un
dios que no exige a los hombres sangre como sacrificio, sino que él se sacrifica por los hombres, era absurdo, una
ofensa a los dioses, simplemente el mundo cambiaba más rápido de lo que
nosotros podíamos asimilar. Al principio todos creímos que era serpiente
emplumada que había regresado del exilio, semejante blasfemia sólo podía
provenir de él, pero después comprendimos que se trataba de alguien diferente,
más grande que todos nosotros. Las proféticas palabras de serpiente emplumada
se hicieron realidad, los dioses comenzamos a ser olvidados rápidamente, y la
no existencia comenzó a devorarnos uno a uno, comenzando por serpiente negra, y
tal como había dicho su hermano nadie escuchó sus gritos de agonía, despareció
en medio del silencio. Uno a uno los antiguos dioses fuimos desapareciendo
silentemente, durante siglos no se oyó ni un solo gemido, ningún grito llegó a
los oídos del hombre. Como dije en un principio ya nadie nos recuerda, y como
también dije han comenzado a olvidarlo a él, quien se proclama como el camino,
la verdad, y la vida. Si le espera el mismo destino que a nosotros no puedo
saberlo, pues mi triste fin se acerca, sé que me desvaneceré pronto con el
último pétalo que caiga de los árboles sagrados. Que él desaparezca de la
memoria de los hombres en esta era de materialismo, lógica y razón, es algo
incierto, puede que sí, puede que no. Eso está más allá de mi vista y alcance.
Por mi parte ha
comenzado mi agonía, mis gritos de dolor son fuertes y agudos, sin embargo no
hay oídos humanos que los oigan, me he convertido en una sombra de lo que solía
ser. Ya no hay bosques sagrados, ya no existen selvas prohibidas. Mi nombre
jamás volverá a ser cantado al viento, y tampoco volverá a ser inspiración de
versos. Hoy muere el último de los dioses, no hay peor final que saber que
después de ti no quedará nadie de tu especie que te recuerde, nadie que lamente
tu desaparición. La no existencia, la nada, me devora, mis lamentos intentan
llegar lejos, mas no se oyen, intentan escapar y el silencio los alcanza. Este es
el último dolor que mi ser evanescente me causa, y estas las últimas palabras que
digo.
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Muy bueno Jonathan! Te felicito :D ... Es como un Popol Vuh 2.0 definitivamente mejor redactado y más creativo... Si no supiera que tienes tanta imaginación creería que te comiste una "tortica de chocolate" Cuyaguera, mas creo que no te hizo ni hará falta ;)
ResponderEliminarEstoy pendiente de leer y comentar otras historias así que me seguirás viendo muy seguido por entre las "sombras y las llamas" (espero no quemarme por eso).
Buen Trabajo!!! :)
Bueno yo nunca he probado el ingrediente secreto de las tortas de chocolate cuyagüeras, así que sus efectos en mi imaginación es desconocido. Tienes razón no me hace falta ninguna sustancia para avivar mi creatividad, Dios me dio bastante imaginación, a veces creo que me dio de más. Yo soy muy fanático de las mitologías, siempre me han fascinado las mitologías griega y nórdica, pero siempre he sentido un vacío por el hecho de que los latinoamericanos no tenemos una mitología propia, ni hay escritores que se hayan dispuesto crear sagas épicas basadas en nuestra cultura. Así que este fue un intento por llenar ese vacío con mi humilde y minúsculo cuento basado en nuestras raíces, una parte indígena, la del popol vuh, y otra, en la herencia que los españoles dejaron en nosotros.
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