sábado, 24 de marzo de 2012

DEPREDADOR


S
iempre he sentido que no pertenezco a este mundo, que el mundo en que vivo no es este, que cuando estoy rodeado de personas me siento extraño diferente. Por eso siempre he preferido la soledad, mi compañera, la única. Dije que el mundo en que vivo no es este, y en verdad no lo es, el mundo en el que vivo es irreal, irreverente, inmaterial, un mundo de locura, sueños e ilusiones. Por eso me rechazan, me juzgan, por ser poco común, diferente, anormal. Sin embargo no les doy importancia, más bien siento lastima por ellos, esclavos de su propio mundo, conformes con sus patéticas vidas, sólo soñando con tener la vida que la sociedad que ellos mismos han creado les exige, prisioneros de su propia jaula, encerrados en su propia burbuja, en su caja de cristal. La rutina les hace sentirse seguros, nada puede salirse de los esquemas y paradigmas que les impones la sociedad, y si por casualidad lo hacen corren el riesgo de ser criticados, rechazados, humillados. Deben tener la vida que sus padres quieren que tengan, porque también sus padres hicieron lo mismo, los que no lo hicieron, ay pobre de ellos, hoy se encuentran pagando el precio, porque fueron en contra de lo que la sociedad les exigía, fueron en contra del sistema, y si lo hacen deben pagar el precio. Pues porque sí, lo único importante ser parte del sistema que por darle un nombre más bonito lo llaman sociedad, jamás en contra, nunca nades en contra de la corriente porque sino te ahogarás, debes ir siempre a favor de la corriente, a donde ella te lleve, eso es lo sensato, lo sabio lo correcto. Debes hacer lo que todos hacen, ser como los triunfadores, que tienen un buen trabajo y gana mucho dinero, sobre todo eso, dinero, no importa sí son felices o no, quien dijo que la felicidad era importante. Todos dicen mira, aquel de allá esta progresando, oh tiene mucho dinero, mira su ropa, su celular, su carro es el último que salió, tiene tarjeta dorada, puede comprar lo que quiera. Es un triunfador.

Pero nadie se pregunta; será qué es feliz, esa es la vida que soñó realmente, es esa la vida qué realmente quería, o es la vida que la sociedad soñó para él, la vida que la sociedad deseó para él. Entonces todos admiran lo que tiene, porque eso es lo que importa, eso es lo que vale, lo material, pues para la sociedad alguien vale por lo que tiene, no por lo que es, si no tienes lo suficiente para ser considerado alguien, entonces eres nadie, un perdedor. Pero nadie se pregunta en qué triunfó realmente ese triunfador. Triunfador en qué si no es feliz, logró éxito en qué si no fue capaz de lograr el único propósito que tiene la vida, ser feliz, pues para eso es la vida, y el que no es feliz en esta vida entonces es, el mayor de los perdedores, no vale ni  la carne de la que está hecho. Pero este mundo está loco, es un mundo de esclavos. En cuanto al amor ese tampoco importa, te dicen cásate, ten hijos y forma una familia, no importa si estás enamorado o no, lo que importa es que el hombre o la mujer con la que te cases sea de buena posición social y tenga futuro, y tener futuro para ellos es lo que explique hace un momento. Entonces el amor dónde queda, quien sabe, eso no importa, quién dijo que el amor importa en el matrimonio, si el matrimonio no es la unión de dos personas que se aman. El matrimonio es la unión legal de dos personas que se unen para sacarse el mayor provecho la una a la otra, si son felices o no, no tiene importancia, pues la felicidad no forma parte de las cláusulas que las dos personas firman cuando deciden unir sus vidas. Así que este es un mundo de esclavos, que dejan por fuera de sus vidas al amor y por lo tanto a la felicidad. Por eso ahora voy a contarles de mi función en este mundo de esclavos, porque si, hasta ahora he hablado de los demás pero no he hablado de mi, ahora si me lo permiten y no se han aburrido de mi breve introducción voy a contarles de mi.
            
     En realidad no tengo mucho que contar, mi nombre y lugar de origen no importan. Sólo les interesa saber como dije al principio que siento que no pertenezco a este mundo, siempre sentí que mi vida no tenía propósito, sentido. Pero eso fue hasta hace unos años, porque ahora se lo que soy y cual es mi propósito, soy un depredador. Todo comenzó una noche que me encontraba viendo el papel de los depredadores en la naturaleza, en ese documental decían que el papel de los depredadores en la naturaleza era tener bajo control la población de otras especies, y de pronto la verdad llegó a mi como un rayo de luz que entra por el orificio de una pared en una habitación oscura, eso era, todo este tiempo y no había visto la verdad que tenía frente a mis ojos. Era un depredador. Un depredador, sí, un depredador de la raza humana el mayor depredador de todos. En la naturaleza los grandes depredadores como lo son el león, el tigre, el puma, el leopardo, la orca y el tiburón eran la cima de la cadena alimenticia, sí dije eran, pasado del verbo ser, pues desde la aparición del hombre sobre la tierra todo cambió, este comenzó a cazar a los grandes felinos para usar sus pieles, cazó a los grandes del océano para comérselos. Esto lo convirtió en el depredador absoluto, al hombre nadie se lo come, no forma parte de la cadena alimenticia de ninguna especie, sin embargo el hombre come y lo consume todo, consume todo lo que para él represente un recurso, y lo peor es que en la mayoría de los casos no lo hace por necesidad, o sí, lo hace por necesidad, necesidad de satisfacer su vanidad, su superflua superioridad, su codicia infinita, porque así es el hombre, mientras más tiene más quiere. Entonces si el hombre se lo come todo y a todos, si el hombre lo consume todo, quién se come al hombre, quién controla a la población de la raza humana que se reproduce como mosquitos en forma exponencial. Todo esto lleva a una sola conclusión, si el hombre es el mayor depredador sobre la tierra, la única solución es que el hombre se devore a si mismo, que el hombre sea su propio depredador.

Eso es lo que soy yo un depredador de la raza humana, soy un hombre diseñado por la naturaleza para un único fin, matar. Oh que palabra tan hermosa, profunda, única. Matar que verbo tan complejo y simple a la vez, que placer tan exquisito el de quitar la vida a otro, para mi no hay mayor deleite que ver los ojos de una persona mientras su vida se extingue en mis manos, el mayor momento del día para mi es ver como se dilatan las pupilas de alguien que pierde su vida en mis manos por mis manos. Matar oh que placer, exquisito, magnifico, simplemente divino. Todo esto no lo digo para justificarme y defenderme ante ustedes que hoy me juzgan, no, lo hago para mostrarles mi naturaleza y para que entiendan por qué hice lo que hice, es que no lo ven, sólo hice lo que vine a hacer a este mundo, pero para que me explico ante ustedes esclavos del mundo, ante ustedes que hoy me juzgan por hacer lo único que he venido a hacer, matar. Asesino, me llaman asesino, para ustedes esa es una palabra horrible que se utiliza para calificar al hombre que ha cometido el mayor de los pecados, para mi es simplemente un sinónimo de mi mismo. Por eso antes de que decidan mi futuro voy a contarles mi experiencia como depredador, en parte para honrar a los que han venido antes de mi a realizar esta labor superior, noble, divina, y en parte para dejar un registro, una guía  para aquellos que vendrán después de mi a continuar esta noble misión. Pues bien, he de confesar que al principio me costó un poco asimilar mi naturaleza y por sobre todo mi misión en el mundo, eso de matar gente no es algo fácil de comprender, si bien es cierto que siempre había deseado matar a muchas personas, incluso desde que era niño, jamás mis instintos asesinos habían traspasado los límites de mi imaginación. Cuantas veces deseé destruir el mundo, cuantas veces me provocó ver el mundo arder sólo para tener el placer de ver a la raza humana quemarse hasta convertirse en cenizas, pero esto sólo ocurría en mi imaginación, nunca pensé en llevarlo a la realidad. Pero ahora todo era diferente, matar no era más para mi una ilusión que vivía dentro de los límites de mis sueños, no, ahora se había convertido en el propósito de mi vida, en el objetivo de mi existir. Entonces se presentó ante mi la mayor interrogante que he tenido hasta ahora; por dónde comenzar, cómo y a quién debo matar, cómo hace mi propia cacería. En mi caso y en de los que como yo nacimos para matar me encontraba en desventaja con respecto a los demás depredadores del reino animal, pues ellos una vez que nacen son entrenados por sus madres en el maravilloso arte de cazar, yo sin embargo no fui entrenado por mi madre para cazar, no era conciente de mi naturaleza y por muchos años crecí en la ignorancia, desconociendo mis propios instintos.

Mi infancia y mi adolescencia transcurrieron sin que supiera lo que realmente era, mi juventud llegó llena de dudas y desilusiones, me sentía excluido, rechazado por los demás jóvenes, que en apariencia eran como yo, mas en mi interior yo sabía que era diferente a ellos, sabía que no pertenecía a esa masa de jóvenes idiotas que sólo tenían como propósito alimentar la vanidad y la estupidez de sus superfluas y patéticas vidas. Fue entonces cuando mi juventud comenzaba a extinguirse que tuve la revelación que iluminó mi vida mostrándome el camino que debía recorrer, no me decía cómo. Así que para despejar esta duda comencé por investigar sobre aquellos que había venido antes que yo. Al buscar en la historia a los depredadores me encontré que la lista era larga, desde el inicio de la civilización, desde que la humanidad comenzó a dar sus primeros pasos, los depredadores han estado ahí, hemos estado ahí. Me sorprendió ver que históricamente a los depredadores humanos se les llama “asesinos en serie”. Asesinos, nos llaman asesinos, pero esa palabra es muy general, pues define a una persona que le quita la vida a otra sin importar la razón. Pero en mi caso la razón obedece a algo superior a cualquier motivo humano alguno, ya que mientras unos matan por pasión y otros por ambición, yo lo hago por cumplir con mi función, por la necesidad de controlar a la población. Así que por respeto a mi y a los de especie que por desgracia es la misma a la cual ustedes esclavos del mundo pertenecen, les pido que no me llamen asesino, llámenme depredador, porque eso es lo que soy. Yo no mato por ambición, ni por poder, ni por envidia. Mato porque esa es mi razón de existir, para eso vine a este mundo. Qué si mato por deseo o por placer, pues déjenme decirles que cuando se arranca la vida de un cuerpo, el placer y el deseo van de la mano. Qué que se siente en ese momento, oh esa pregunta es difícil de responder, pues el lenguaje humano no posee las palabras suficiente para describirlo.

Ahora por favor les pido que no me interrumpan más, trato de contarles mi historia y ustedes insisten con sus preguntas idiotas, así que cállense, sirvientes, no son más que una estúpida porción de la manada. Pues como les decía mi primer reto fue escoger a las victimas o mejor dicho a los objetivos de mi misión, las opciones eran amplias, por un lado estaban los mediocres que forman parte del montón, esos son la mayoría, pero en realidad sus vidas son tan insulsas que no me provocaban en aquel entonces ni mucho menos ahora terminar con ellas. Por otro lado sin embargo estaban los triunfadores, los que logran sobresalir por encima del resto de la manada, esos sí son más interesantes, están compuestos por una fauna muy diversa, incluye mujeres que se creen el centro del universo sólo porque su cuerpo, su rostro, su voz, son más hermosos que los de las demás hembras del grupo al cual pertenecen, aunque no tengan mucha inteligencia, porque…el placer se encuentra en la belleza, y al momento de obtener placer la inteligencia no sirve para nada, sólo importan la belleza y el deseo. Otros miembros de esta fauna tan variada lo son la versión masculina de las hembras que acabo de mencionar, las características de estos son su capacidad para reunir la mayor cantidad de hembras a su alrededor sin que ellas lo sepan, para lograr esto utilizan sus atributos físicos y materiales, entiéndase su cuerpo, su labia y su dinero, pero sobre todo las dos últimas, aunque hay especimenes que lo logran utilizando las dos primeras, sólo que el efecto no es muy duradero, ya que generalmente lo hacen con hembras hermosas que sólo les interesa un macho con dinero, y al percatarse de que el que tienen al lado no lo posee, lo mandan al carajo en menos de lo que dicen adiós. Sin embargo estos no son el grupo más representativo de los triunfadores, aunque si son el más llamativo. La verdadera muestra representativa de este grupo la constituyen las personas que tienen como único objetivo ir tras el dinero y el poder. En este grupo no importa tu apariencia física ni tu  habilidad para relacionarte con el sexo opuesto, lo único que importa es tu capacidad para lograr lo que quieres sin importar los medios ni a quien le pases por encima para lograr lo que todos quieren, y…qué es lo que todos quieren. Tomar de la mano a los hermanos gemelos y caminar con ellos para toda la vida. Y…quiénes son los hermanos gemelos. El dinero y el poder, estas personas darían lo que fuese y hasta lo impensable para estar entre ellos dos y agarrarlos por el cuello y no soltarlos nunca más.

Quiero acotar que en esta sala de este tribunal en cual hoy me juzgan se encuentra una nutrida  representación de esta especie que acabo de nombrar. Así que asómbrense sirvientes y esclavos del deseo y del placer, ustedes son mis presas favoritas, ustedes los que no les importa nada con tal de llegar a su objetivo sin importar el camino que tomen, sí ustedes, son a los que más disfruto matar, y saben por qué, ah no, pues bien yo se los voy a explicar, la razón es muy sencilla. Disfruto ver como su vana ilusión de que tienen el control sobre sus vidas y las de los demás desaparece en mis manos mientras sus cuerpos dejan de respirar.  Uhmmm, el sonido que producen cuando sienten que están respirando su último aliento no tiene comparación, el sabor de la sangre tibia es el mejor de todos, aunque si a sabores vamos la sangre de los bonitos sin cerebro sabe mejor que la de ustedes, debe ser porque es más limpia en cierto modo, pero sangre es sangre y no hay nada mejor que ese sabor, y aún mejor es sentirla sobre la piel cuando sale de un cuerpo apuñalado y te salpica en la cara, es tan tibia, tan agradable, esa sensación no tiene comparación.

Oh, recuerdo a mi primera victima como si fuese ayer, era una noche oscura, sin luna, el cielo estaba nublado, había llovido toda la tarde y hacia un poco de frío, yo estaba oculto detrás de un árbol junto a la acera, esperando, esperando, ansioso, todo mi cuerpo temblaba excitado, lleno de emoción,  había planeado ese momento durante meses, y entonces sucedió, oí venir, podía oír a lo lejos el tac tac  de sus tacones, llevaba meses observándola, todas las noches la vía pasar por esa calle hacia su casa, pasaba tarde, alrededor de las diez, unos minutos más unos minutos menos. Era rubia, su piel bronceada podía verse a pesar de la oscuridad de la noche, supuse en aquel entonces y sigo pensando ahora que iba muy seguido a la playa para poder tener ese bronceado tan perfecto, aunque después me enteré que existen métodos para broncearse sin tener que exponerse al sol, pero…que estoy diciendo me estoy desviando del tema. Como les decía, era una rubia muy hermosa, tenía un hermoso cabello, largo y sedoso, siempre llegaba a su casa sola, lo que simplificaba mucho mi tarea, habría sido muy complicado matarla si hubiera tenido compañía, pero en fin, ella era la indicada, la descubrí por casualidad una noche, iba en el metro sin rumbo alguno, recorriendo la ciudad en busca de algo que me indicara como encontrar a mi primera cacería, y…de pronto, ella llegó a mi, al parar en una estación las puertas del vagón se abrieron y entre el remolino de gente que salía y entraba percibí ese olor, un olor único, exquisito, excitante, un olor natural, a flores, a frutas, a hierba mojada, a lluvia. Me volví loco, un frenesí se apoderó de mí, mi corazón latía rápido, rápido, muy rápido cada vez más, podía sentir la presión de la sangre en mi cabeza, respiraba con dificultad como si no hubiese suficiente aire y entonces la vi, era ella, era mi señal, era la indicada, simplemente hermosa.  No podía dejar de mirarla, de pronto sentí deseos de tocarla, de colocar mis manos sobre su piel y recorrer todo su cuerpo, pero me contuve, espere a que se bajara del metro y la seguí hasta su casa, esa noche no pude dormir, imagine y soñé que estaba junto a ella, que tocaba su cuerpo desnudo, su suave piel, que era mía, todo su cuerpo, toda ella, era mía y de nadie más, entonces lo decidí todo, lo planeé todo, cada detalle, por eso esa noche esperé con paciencia, esperando, esperando, a mi presa, mi regalo de la naturaleza, a ella. La vi pasar en frente de mi, ella no pudo verme, estaba oscuro y el árbol me ocultaba muy bien, ahora pienso que aquella noche todo estaba a mi favor, la oscuridad, el árbol junto a su casa, el silencio, al parecer esa noche todos decidieron dormir temprano. Esperé a que llegara a la puerta y entonces decidí salir de mi escondite y me acerque sigilosamente, tomé el cuchillo que llevaba en la mano con fuerza y en medio del silencio me acerqué, su olor me volvía loco, aumentaba mi emoción, me excitaba aun nivel superior, me sentía capaz de todo, podía hacer lo que fuera, nada era imposible para mi. La tomé por sorpresa, como estaba frente a la puerta no pudo verme llegar, la tomé por el cabello, coloqué el cuchillo en su cuello y la obligué a entrar, intentó gritar, pero rápidamente quité mi mano de su cabello y la coloqué sobre su boca ahogando sus llamadas de auxilio___cállate, le dije con voz fuerte y firme, ___abre la puerta y no hagas ruido y no te pasará nada. Entramos, cerré la puerta y le ordené que encendiera la luz. Ah! Ahora que la tenía tan cerca su olor me mataba, me estaba volviendo loco, era irresistible, alucinante, no aguanté más, de un golpe la tiré al suelo y me arrojé sobre ella, sin darme cuenta la estaba golpeando en el rostro, ese rostro de ángel en el cual brillaban esos hermosos ojos azules que me miraban con miedo y desesperación, la golpeé cada vez más, golpeaba, golpeaba, golpeaba, hasta que noté que mis manos estaban llenas de sangre, sangre por todos lados, tomé el cuchillo y corté su ropa, se la arranque, ahora mi sueño se hacía realidad, su cuerpo desnudo, ahora era mío, todo mío y ella fue toda mía esa noche, hasta su último aliento. Después de recorrer y explorar cada rincón de su hermoso  y delicioso cuerpo, después de pasar mis manos por toda la extensión de su suave piel, tomé el cuchillo y lo clave entre sus grandes, firmes y hermosos senos, y mientras lo hundía, la besé, besé sus labios sangrantes mientras mis manos hundían el cuchillo en su pecho.

Ahhjjj! Disculpen mi emoción señoras y señores, disculpen si me he dejado llevar por la pasión mientras les narraba esta historia pero, como deben entender, esa fue mi primera vez, la primera vez que le quité la vida a alguien, esa noche me convertí en depredador. Veo que hay miedo y horror en sus ojos, veo asco en sus rostros, pero no entiendo, yo soy el que debería sentir asco de ustedes, bola de inútiles sirvientes, esclavos, gusanos, monos que hablan, sí, eso son, monos que hablan. Pero no importa continuaré con mi historia, después de esa noche pasé unas cuantas semanas inactivo, disfrutando mi logro, me sentía realizado, me había convertido en depredador, pero al pasar los días la emoción que me había producido el matar y devorar en cierta forma a esa joven y hermosa mujer estaba comenzando a desaparecer, ya oler su cabello no me excitaba tanto, oh perdonen olvidé mencionarlo, como recuerdo, como trofeo, aquella noche corte un mechón de su cabello, un cabello que despedía ese olor tan delirante.

Así que  me puse en movimiento nuevamente, salí a la calle nuevamente, salí a la calle en busca de una nueva victima, con la diferencia de que ahora ya sabía lo que buscaba, mis presas, las personas que me permitirían llevar a cabo mi misión debían tener algo especial, algo que las hiciera diferentes al resto de la manada, y así fue, una tarde paseando por la plaza la oí, esa voz, esa voz tan dulce, suave, penetrante, pero a la vez alegre y graciosa, era como una melodía. Me hipnotizó lo confieso, pero lo mejor fue cuando identifique de aquel sonido tan delirante, era joven y hermosa, morena de cabello negro y rizado, de ojos cafés que irradiaban alegría e inocencia, pero lo mejor de todo era lo que estaba oculto detrás de sus delicados labios, aquello me impresionó de tal manera que jamás lo podré olvidar, aquello era simplemente único, dentro de esa boca estaban los dientes más hermosos que había visto, blancos, brillantes, perfectos, cuando sonreía ellos se asomaban tímidamente entre sus labios y se dejaban ver por mi, estaban tan bien alineados dentro de su boca, tan derechos, tan perfectos. Nuevamente puse mi plan en marcha, lo calculé todo, la seguí durante semanas, meses hasta que al fin llegó el día, esperé en medio de la noche dentro  de mi auto, lo estacione en frente de su edificio, sabia que todos los miércoles ella llegaba tarde, entre las nueve y las nueve y media, y por ser a mitad de semana no había nadie a esa hora en la calle, tenía en el auto una botella con cloroformo y un pañuelo, cuando la vi llegar saqué la botella, moje el pañuelo y salí, me dirigí hacia ella rápidamente y acercándomele por la espalda coloqué el pañuelo sobre su nariz y su boca, luchó fuertemente durante unos segundos, pero después dejó de hacerlo y se quedó dormida. La metí rápidamente en el auto la lleve a mi casa, bajé rápidamente y la coloqué en la sala, la desnudé, le amarré las manos en la espalda y esperé a que se despertara, mientras dormía me dediqué a observar su cuerpo, era hermoso, su piel morena como la canela era suave y firme. Apenas despertó encendí la radio a todo volumen para que no se oyeran sus gritos y procedí a divertirme con ella, verla llorar mientras me decía que parara, que la lastimaba, me hacía reír muchísimo, verla sufrir mientras las lagrimas brotaban de sus ojos era para mi un placer, una vez hube calmado mis instintos y saciado mis deseos procedí a terminar mi misión, tomé el cuchillo con el cual me había convertido en depredador y lo clavé una y otra vez en su pecho mientras la sangre me salpicaba en el rostro, sentir su sangre tibia sobre mi cara ha sido una de las experiencias más agradables que he tenido, luego tomé una pinza y con mucho cuidado extraje los hermosos recuerdos de su boca, es increíble pero aún hoy después de tantos años siguen siendo tan blancos como aquella noche.

Después de ella las demás victimas fueron más sencillas, comencé a buscarlas en estratos más altos pues me di cuenta que a los que debía eliminar era a la gente como ustedes, los que nos les importa nada con tal de obtener lo que quieren. La verdad es que al principio sólo mataba mujeres puesto que eran las más fáciles, pero luego adquirí tal habilidad que me era indistinto matar hombres o mujeres, aunque debo reconocer que con las mujeres eraducho más divertido, sin embargo recuerdo a un muchacho que tenía los ojos mas hermosos que había visto y que he visto hasta ahora, era de piel morena y tenía unos ojos verde-amarillosos que contrastaban de tal manera con su piel que no me pude resistir, verlos era todo un deleite, me costó un poco extraérselos, tuve que amarrarlo muy bien mientras se los sacaba, tuve que hacerlo mientras él estaba vivo, pues temí que si lo hacía después de matarlo podían perder ese brillo y ese color tan especial, pero me desilusioné más tarde, fuera de su rostro ya no me parecieron tan hermosos.
Ya se que los doctores dicen que estoy loco, sí, ustedes que se hacen llamar doctores quieren encerrarme para siempre en un hospital psiquiátrico, porque dicen que estoy loco, que soy un ser irracional, que no está consciente de su realidad. Pues déjenme decirles que yo no estoy, que no soy un monstruo, no puede estar loco aquel que sigue a la naturaleza, aquel que sigue a sus instintos, dicen que soy malo, que cometí muchos pecados, eso es simplemente absurdo, no puede pecar aquel que honra a la naturaleza como lo hice yo, no puede actuar mal aquel que cumple con el propósito para lo cual fue creado. Es que no lo ven, es natural seguir a los instintos, es natural matar como lo hice yo, es natural causar dolor y sufrimiento porque en causar dolor y sufrimiento está nuestro placer, ese placer es el regalo que nos da la naturaleza a los que la honramos y la seguimos, a aquellos que cumplimos con lo que ella nos encarga. Soy un héroe, gracias a mi este mundo ahora tiene menos esclavos, menos plagas que lo devoran todo a su paso como las langostas y las marabuntas. Soy un ser superior alguien que está más allá de su comprensión. Ahora me condenan a una vida de encierro, pero no importa, ya cumplí con mi propósito, le fui fiel a mi naturaleza y la amé con todas mis fuerzas. Por eso se que cuando la muerte venga a liberarme de mi prisión me llevará a un lugar donde seré recompensado como el héroe que soy. Por último déjenme decirles algo, no se sientan tan tranquilos por deshacerse de mí porque nosotros somos cientos y detrás de nosotros vienen miles.    





si te gustó lo que leíste la mejor forma de agradecerme es compartir este enlace con tus amigos en las redes sociales

No hay comentarios:

Publicar un comentario